Rimini, Pärnu, Espoo, Sochi… Todas estas ciudades tienen algo en común: son el destino turístico favorito de la población que desea relajarse en busca de la tranquilidad, las popularmente conocidas como “ciudad balneario”. Pero hay algo que diferencia a la ciudad rusa de Sochi del resto.
Cuando uno piensa en Rusia se le viene a la mente que todo es hielo, nieve y crudos inviernos con sus osos polares y sus vodkas. Pero no es así. Existe una ciudad que se llama Sochi, ubicada en el krai [1] de Krasnodar, entre las montañas nevadas del Cáucaso y el Mar Negro. A comienzos del siglo pasado, Sochi se convirtió en el centro vacacional más popular de Rusia. Tanto es así que el propio Stalin mandó construir una dacha [2] particular en la ciudad. Su clima subtropical y la posibilidad de tumbarse a las orillas del Mar Negro con el Cáucaso de fondo hacen de la ciudad el destino favorito de la élite rusa.
Con el colapso de la Unión Soviética y la pérdida del control de la Península de Crimea por parte de las autoridades rusas, el Kremlin [3] hizo que Sochi emergiera como la capital veraniega no oficial del país, con grandes inversiones económicas detrás suyo. Un ejemplo: en 1991 se creaba el Kinotavr [4], que con el paso de los años se ha convertido en el festival de cine de más prestigio de Rusia. Pero, si por algo destacan las inversiones por parte de las autoridades, es por estar centradas en el plano deportivo.
Cerca de sesenta mil millones de rublos (unos quince mil millones de euros) serán destinados para financiar la construcción de las infraestructuras destinadas a dicho evento, así como para la creación de la Villa Olímpica. De estos sesenta mil millones de rublos, la mitad procederán directamente del Kremlin, mientras que la otra mitad estará financiada directamente por capital privado. El Parque Olímpico de Sochi estará ubicado en la costa del Mar Negro, en el Valle de Imeretin y todas las instalaciones serán nuevas, por lo que tendrán que ser construidas partiendo de cero. Sin embargo, solo el veinte por ciento del presupuesto aprobado por el Kremlin será utilizado para fines deportivos. El porcentaje restante está destinado a mejorar las infraestructuras de la ciudad. En palabras del alcalde de la ciudad, Anatoly Pakhomov: “Sochi cambiará en tres años lo que normalmente lleva un siglo”.
Sin embargo, los JJ.OO. no traen consigo solamente buenas noticias. Sí, Sochi conseguirá modernos sistemas de comunicación, un nuevo sistema de abastecimiento de agua, nuevas centrales eléctricas y un puerto de carga. Pero para construir ese puerto de carga kilómetros de playa quedarán inutilizables. Para hacer sitio al Parque Olímpico, cientos de casas serán derribadas y sus inquilinos serán realojados. Por no hablar de los propietarios de hoteles privados, que con la aparición de servicios de alojamiento público verán como su sustento económico desaparece. Los cambios no se verán reflejados solo en las infraestructuras. El plan del gobierno es educar a los habitantes locales para que hablen inglés, sonrían y sean amables, dejando de lado la vieja mentalidad soviética.
No contento con los Juegos Olímpicos, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunciaba el pasado octubre el acuerdo alcanzado con el patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, para la celebración de un Gran Premio en la ciudad balneario a partir del año 2014. En virtud del acuerdo firmado, Sochi acogerá el circo de la Fórmula 1 entre 2014 y 2020, con posibilidad de ampliarlo otros cinco años. La construcción del circuito necesitará de la financiación de la Administración de la provincia de Kranosdar, que deberá aportar más de cinco mil millones de rublos en forma de subsidios, aunque empresas como la petrolera más grande del país, Lukoil, o UC Rusal, relacionada con la industria del aluminio y propiedad de Oleg Deripaska, el sexto hombre más rico de Rusia, ofrecerán su apoyo económico.
Juegos Olímpicos de Invierno, un Gran Premio de Fórmula 1… parecería suficiente para una ciudad de menos de medio millón de habitantes, pero no es así. En diciembre el Comité Ejecutivo de la FIFA eligió a Rusia para organizar el Mundial que tendrá lugar en el año 2018 y sí, Sochi será una de las sedes del mismo, dejando claras la política del Kremlin de reforzar los nexos de unión entre la periferia con el conocido como “centro eslavo”. Aprovechando la construcción de la Villa Olímpica, se construirá también el Estadio Olímpico de Sochi, con aforo para más de cuarenta mil espectadores y que tras los JJ.OO. pasaría a ser propiedad del FC Zhemchuzhina-Sochi, el equipo de fútbol local.
Y hablar del FC Zhemchuzhina era la principal intención de este texto. El club, recién ascendido a la Russian First Division (segunda división en importancia), planteaba la presente temporada con uno de los mayores presupuestos de la categoría respaldado por el Kremlin y siguiendo la política de ayuda al fútbol de la periferia comentada anteriormente, además del también mencionado interés por parte de la administración de engrandecer todo lo relacionado con la ciudad de Sochi. ¿La intención? convertir al FC Zhemchuzhina-Sochi en una potencia de la RPL de aquí a 2018, fecha en la que se disputará la Copa del Mundo.
Sin embargo, todo lo que parecían buenas intenciones y promesas de un exitoso futuro, ha convertido al FC Sochi en el último club de una larga lista: la de equipos rusos que desaparecen por problemas financieros. A los casos más recientes del FK Moscú y el FC Saturn hay que sumar ahora el del FC Zhemchuzhina-Sochi. Los siberianos del Tom de Tomsk vivieron una situación similar en el año 2009, pero siete de las principales empresas de petróleo y gas del país salvaron el equipo prestando apoyo financiero. ¿Saben quién lo ordenó? Vladimir Putin. Por desgracia, el equipo de Sochi no ha corrido la misma suerte. Mientras los jugadores del Sochi se han quedado sin equipo a mitad de temporada, el que hasta hace poco más de una semana era el presidente del club, Dmitry Yakushev, sigue viendo como su fortuna crece día a día gracias a las obras de construcción de cara a los Juegos de Invierno. Cosas de Rusia.
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[1] Termino utilizado para referirse a varias de las regiones administrativas de Rusia.
[2] Casa de campo de carácter estacional habitual entre la clase media rusa a finales del siglo XIX.
[3] En referencia al gobierno ruso.
[4] La Palabra Kinotavr es una mezcla entre cine y tauro, algo así como “Cinetauro”.
[5] Unión de Fútbol de Rusia.