sábado, 20 de noviembre de 2010

Kaboul, Chicharito, Ben Foster y Owen Coyle

¡Menuda jornada hemos vivido en Inglaterra! ¡Apasionante! Todo empezaba a las 13:45 con el "Noth London Derby" y las opciones matemáticas de que, con un triunfo, el Arsenal terminase el encuentro en lo más alto de la clasificación. La situación al descanso no podía ser más favorable para los de Wenger: la conexión franco-española formada por Fàbregas y Nasri y el oportunismo de Chamakh demostrando el por qué de su traspaso al Emirates colocaban un cómodo 2-0 en el marcador. Pero apareció Kaboul para detener la hemorragia "spur" y, demasiados años después, el Tottenham aterrizó en el feudo de su rival más histórico con la autoridad suficiente para mirarle a la cara. El central francés fue la clave de la remontada de los hombres de Harry. Paró a Chamakh por alto y por bajo, obligó al técnico alsaciano a introducir a un renqueante Van Persie para sustituir al ex del Burdeos y convirtió el 2-3 a definitivo. Además, para redondear su semana, fue convocado por Blanc por primera vez en su carrera.

Tan sólo unos minutos después del pitido final en el Emirates, comenzó el grueso de la jornada del sábado donde Chelsea y Manchester United se enfrentaban a lo que parecía dos "trámites": Birmingham y Wigan. Los de Roberto Martínez aguantaron el tiempo que pudieron hasta que se quedaron con nueve hombres por las expulsiones de Alcaraz y Rodallega -duras bajas para enfrentar al West Ham la próxima semana- ya con el 1-0 instaurado. El United, por su parte, salió de partida con una delantera improvisada: Obertan y Macheda. En el banquillo esperaban su turno Rooney y Chicharito. ¿Berbatov? Pagando su irregularidad en la grada de Old Trafford. Y cuando el partido estaba roto, diez minutos después de vestirse de corto, el mexicano volvió a hacer algo a lo que está acostumbrando a los aficionados de los "red devils": sentenciar un partido. Que St. Andrews no es un lugar sencillo para llevarse los tres puntos es de sobra conocido, pero lo que nadie podía esperar era la tercera derrota en cuatro partidos del Chelsea. Pero llegó. Y aunque Lee Bowyer nos devolvió a sus mejores tiempos en el Leeds con el gol del choque, el verdadero protagonista fue Ben Foster que, tras abandonar Manchester, ha encontrado su sitio cerca de casa: en las "West Midlands". Si el Birmingham aguantó el resultado fue gracias a su guardameta y las estadísticas lo confirman: 32 disparos de los de Ancelotti y ninguno acabó en la red.

Y en el Reebok Stadium la sorpresa fue mayúscula y gratificante. No es que tenga ningún tipo de filia con el Bolton, pero sí con su entrenador. Owen Coyle me parece un genio desde que vi a su Burnley por primera vez. Era la temporada 2008-2009 y por aquel entonces estaba en el Championship, pero no fue ahí donde descubrí al estratega escocés, sino en la Carling Cup, en su lucha particular contra los equipos de Londres. En tercera ronda dejó fuera al Fulham, en la cuarta al Chelsea, en cuartos de final al Arsenal y en las semifinales estuvo a punto de hacer lo mismo con el Tottenham: tras un 4-1 en White Hart Lane, el Burnley forzó el tiempo extra en Turf Moor después de que Jay Rodriguez consiguiera el 3-0 en los últimos minutos. Pero un gol del entrañable Pavlyuchenko cuando apenas faltaban 120 segundos nos privó de ver al equipo de Coyle en la final ante el United. Hoy su Bolton le ha endosado cinco tantos al Newcastle y, al menos hasta mañana, estará colocado en puestos Champions. Y todo esto con los goles de otro genio: Elmander, que en los catorce partidos disputados hasta el momento ha conseguido la misma cantidad de anotaciones que en sus dos temporadas anteriores -8-. En una temporada que nos vendieron como una lucha entre Chelsea y United, los "outsiders" cobran cada vez más fuerza. Porque esta Premier es, por lo menos, una batalla entre cinco equipos.

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