El título del texto lo dice todo: cuando juega Milos Krasic, la Juventus de Delneri es otra. Ayer, en el primer partido de la jornada de domingo en Italia ante un Genoa que continúa por el mismo camino tras la llegada de Ballardini, es decir, por el camino de la anarquía más absoluta, lo demostró una vez más. El serbio, que había estado dos semanas parado tras su sanción por falsear un penalti en el encuentro ante el Bolonia, reapareció a lo grande. Volvió literalmente loco a Domenico Criscito -que, por cierto, ha sido relacionado con un posible traspaso al Bayern tras las bajas de éstos en la parcela defensiva- y firmó una primera mitad de escándalo que le bastó a su equipo para llevarse los tres puntos de Marassi. Actuación brillante con gol incluido, partido sentenciado y a pensar en la Fiore, un conjunto que, de la mano de Mihaljovic, ofrece la misma propuesta que el Genoa: poco o nada. La importancia de Stevan Jovetic en la plantilla es una evidencia.
Y mientras en Turín festejan la vuelta de Krasic, en Milán, el Inter se encarga de complicarse absurdamente la situación. Es cierto que hay una inexplicable plaga de lesiones, también es cierto que pasar de Mourinho a Benítez en tan sólo unos meses es complicado, pero los resultados hablan por sí solos: han conseguido 10 puntos de los últimos 27 en juego, están a 9 de su rival lombardo y Palermo y Sampdoria empiezan a echar el aliento desde atrás. Lo que se vio en Verona es digno de estudio. Un equipo abatido, sin tensión competitiva, dejándose controlar por un rival de menor entidad y perdiendo los papeles como le sucedió a Samuel Eto'o, el mejor hombre de los de Benítez en lo que va de temporada y que seguramente será castigado tras su cabezazo a Bostjan Cesar. Por si fuera poco, en menos de un mes se disputa el Mundial de Clubes. Pero no todo son lágrimas en la Lombardía. Mientras el Inter y particularmente su entrenador son ridiculizados por La Gazzeta dello Sport, el Milan, a pesar de todas las criticas que pueda recibir, con un Ibrahimovic tan genial como intermitente, es líder.
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