martes, 19 de octubre de 2010

Stefano Mauri, crack en un Lazio espoleado

En la aparente normalidad de la séptima jornada del Calcio disputada el fín de semana -ganaron todos los que tenían que ganar-, volvió a destacar un detalle: Stefano Mauri, el futbolista de las oportunidades tardías, volvió a desatascar el partido de su equipo con dos asistencias. Esto podría no parecer tan extraño, es centrocampista. Sí, lo es, pero un centrocampista que en seis encuentros ha dado los mismos pases de gol que en cualquier otra de sus temporadas completas -cinco-. Pero la cosa no queda ahí. En el mismo número de partidos ha marcado dos goles cuando en sus cuatro campañas anteriores en Roma promediaba... ¡menos de 3 goles por año en la Serie A!. Es decir, de diez tantos marcados por el Lazio, Mauri ha participado directamente en siete de ellos, ya sea conviertiéndolos o repartiéndolos. Dato significativo.

Y es que sus actuaciones, el protagonismo que ha adquirido en el equipo que, al menos durante esta semana, está en lo más alto de la tabla, tienen cierto aire de vendetta. Mauri siempre ha estado ahí, y se le ha dejado de lado. Estaba en la agenda de un Inter que terminó descartándolo. Estaba triunfando en el Modena y las inferiores italianas nunca se fijaron en él. Estaba en el maravilloso Udinese de Spaletti -uno de los entrenadores más infravalorados de Europa, dicho sea de paso-, pero las portadas se las llevaban Iaquinta, Di Natale, Pizarro o Muntari. Y llegó al Lazio, consciente de que emprendía la que probablemente fuera su última oportunidad para triunfar en Italia, y los méritos de la clasificación para la Champions eran entregados a Rocchi y Pandev. Siempre situado en un segundo plano, aceptando con resignación una realidad en la que nunca sería el instrumento principal en la orquesta lacial, le llegó su oportunidad. La oportunidad tardía. Se convirtió en el crack del Lazio y Prandelli le regaló una convocatoria internacional aseverando que Mauri es el centrocampista italiano más en forma de la actualidad.

El partido en el Stadio San Nicola nos dejó una primera parte soporífera y sólo Mauri y Hernanes fueron capaces de lavarle la imagen al segundo tiempo del choque. El brasileño es el otro nombre propio del inicio de temporada del Lazio. Su aclimatación a un fútbol como el italiano era toda una incógnita a su llegada del Sao Paolo. Había dudas, claro que las había, pero al contrario de lo que ocurre en el terreno de juego donde su lentitud y suavidad de movimientos son su principal arma, esta vez se deshizo de esas inquietudes con un meneo rápido y desequilibrante. Rompería los cánones preestablecidos por el destino cualquier futbolista brasileños que destaca y no da el salto a Europa. Pero, obviamente, no todos encuentran acomodo con la velocidad que lo ha logrado el de Recife. Es decisivo y maneja los tiempos igual o mejor a como lo hacía en el Brasileirao o en la Libertadores. El Lazio, espoleado en este primera tramo de pretemporada, baila con la precisión del centrocampista de Monza siguiendo el ritmo marcado por el pernambucano.

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