miércoles, 8 de diciembre de 2010

La sorpresa se llama Copenhagen

No por acostumbrarse a las sorpresas éstas deberían perder su mérito. Por ello, aunque llevemos desde el arranque de la Champions viendo como el Copenhagen era un equipo a tener en cuenta, su clasificación para octavos de final es de lo más meritorio y justo. En un grupo formado por el principal favorito a llevarse la competición en el mes de mayo, por un Rubin Kazan que ya demostró la pasada edición del torneo de lo que es capaz y por un outsider de nivel como es el Panathinaikos -no lo olvidemos, líder en Grecia-, que los de Solbakken hayan conseguido 10 puntos, los mismos que Inter y Lyon, campeón y semifinalista el año pasado, tiene una trascendencia y un toque romántico maravilloso.

Ya lo hemos comentado en infinidad de ocasiones: las nuevas reglas de clasificación para la Champions tienen sus pros y sus contras, como toda decisión controvertida. Hemos visto como el Zenit era eliminado en la previa por un Auxerre de un nivel claramente inferior. La clasificación del Zilina, que no ha sumado ningún punto, era un argumento más para los detractores de este nuevo método de Platini. Pero, gracias a este patrón a seguir, una de las ciudades más atractivas de Europa tendrá un representante entre los dieciséis mejores equipos del continente. Y lo tendrá con todo merecimiento, porque nadie les ha regalado nada. 

Obviamente, el Copenhagen no tiene una plantilla comparable al resto de equipos que anoche certificaron su pase a octavos de final como segundos de grupo -Inter, Lyon y Valencia-. Es más, podríamos decir que hasta el inicio de la competición, muchos no conocerían más de dos jugadores de su plantilla. Pero, precisamente, el valor del equipo danés se basa en su colectivo. Solbakken -que, por cierto, dejará de ser entrenador del Copenhagen a final de temporada para pasar a dirigir a su Selección, la noruega- ha hecho pocas rotaciones en los seis partidos de esta ronda grupal. Hasta en cuantro ocasiones ha repetido el siguiente once inicial: Wiland; Pospech -que tiene nombre de entrenador mítico-, Antonsson, Jorgensen, Wendt; Bolaños, Vingaard, Kvist, Claudemir, Gronkjaer; N'Doye. Ayer los héroes fueron Vingaard, uno de sus jugadores más técnicos, y el incombustible Gronkjaer. Otras veces lo es el senegalés D'Doye. Pero, que nadie de por muerto al Copenhagen: líder absoluto en su competición local con 19 puntos de ventaja sobre el Odense, tendrán todo el tiempo del mundo para centrarse en seguir haciendo historia. Pero, por el momento, que saboreen lo que han conseguido. Como dijo ayer un grande de esto, Koebenhavn. The place to be.

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